“Hemos aprendido a cuestionar de forma crítica nuestros diseños una y otra vez hasta su ejecución. Siempre hay margen de mejora”, dicen Jasper Stevens y Karel Verstraeten de FELT. Ambos estudiaron Arquitectura en la Universidad de Gante. Después de acumular experiencia en 51N4E en Bruselas y Wiel Arets en Rotterdam, fundaron su propio estudio. El motivo fue el proyecto Behind the Curtain. Este “lugar de recogimiento” galardonado con el Interieur Award en la Bienal de Interiorismo de Kortrijk en 2014 supuso el punto de partida de una serie de encargos de interiorismo y escenografía. Entretanto, FELT ha diseñado arquitectura expositiva para Bozar, para el Instituto de Arquitectura flamenco, así como para el Museo M en Lovaina; para este último también la nueva librería. Jasper Stevens: “En los primeros años diseñamos muchas salas de exposiciones y objetos que se situaban en el punto de intersección entre design interiory arquitectura. No por necesidad, sino por interés. En esto se basa nuestra sensibilidad por lo interiores, presente también en nuestros proyectos arquitectónicos.”

Un buen ejemplo de ello es el colegio de primaria de Zaren, un pueblo belga. La conexión de las nuevas aulas y el gimnasio tiene lugar a través de un ancho pasillo y unas escaleras esculturales de hormigón rosado. Ambos son algo más que mera infraestructura. Son puntos de encuentro y áreas de juego adicionales, que ofrecen vistas al gimnasio y el entorno. Con el sublime abanico cromático de los suelos y paredes y el trato generoso de la luz natural, los arquitectos consiguen rodear al alumnado y profesorado de una estética espacial poco habitual en la arquitectura escolar tradicional. “La ventana al final del pasillo marca la diferencia”, considera Jasper Stevens, “hubo que luchar por ello, puesto que con un pasillo corto sin ventanas se hubiera podido añadir un aula más. Pero justamente la luz y las vistas aportan calidad al conjunto del espacio.”

En el proyecto Villa Kameleon, una residencia privada para ocho personas con discapacidad en el municipio belga de Zoersel, no hay ni un solo pasillo. FELT diseñó un edificio hexagonal en medio del bosque. Este alberga ocho estudios y un salón comunitario situados en torno a un espacio central al que entra luz por arriba y que cuenta, una vez más, con una escalera elegantemente curvada. Karel Verstraeten: “Cada estudio se halla en una esquina. De este modo, cada local dispone de dos ventanas con diferentes vistas y orientación. Esto también fue una decisión radical en la que se priorizó la calidad del estudio.”

¿Cuáles son los requisitos especiales de los encargos públicos como colegios o residencias?
Jasper Stevens y Karel Verstraeten: Hay que crear arquitectura funcional, que, no obstante, sea acorde con nuestros principios. Siempre nos hacemos la pregunta: ¿Estamos satisfaciendo nuestro ego o estamos cumpliendo el encargo? Trabajamos con dinero público, por eso el encargo tiene siempre prioridad frente al diseño de nuestro proyecto arquitectónico. Contamos ya con más experiencia con proyectos de este tipo y sabemos que un aspecto no tiene por qué excluir el otro, al contrario. Funcionalidad y belleza son perfectamente compatibles.

¿En qué radica la ventaja de colaborar con otros estudios?
La colaboración forma parte de nuestro ADN y es una manera de aprender continuamente. Desde el principio compartimos oficinas con otros arquitectos e intercambiamos experiencias durante el almuerzo, relativas a temas de proyectos, de contenido y a cuestiones organizativas de la oficina. Ahora colaboramos con otros estudios en el diseño de proyectos. En el concurso para el Museo de Diseño de Gante, por ejemplo, la colaboración con el estudio neerlandés Monadnock fue una experiencia muy enriquecedora. El año pasado ganamos con aNNo architecten, Endeavour y 88888 la licitación para la rehabilitación, reestructuración y restauración del ayuntamiento de Lovaina. El proyecto avanza ahora mismo a toda marcha. Hace poco hemos ganado un concurso con OSK-AR architecten para un nuevo campus de arte en Asse y, con el estudio luxemburgués 2001, estamos trabajando en un nuevo palacio de deportes con espacios comunes en el barrio Peterbos de Anderlecht. Al ser un equipo joven tenemos que asociarnos con otros si queremos cualificarnos para determinados encargos. Las colaboraciones que más duran son, por supuesto, las que funcionan también a nivel personal. No nos asusta que no lleve nuestro sello. En una buena asociación, cada uno conoce su lugar y concede también su espacio a los demás.