La puerta de entrada es la tarjeta de presentación de cada casa. Por esta razón, la arquitecta Orsola Zannier, titular de un estudio en Lugano, las integra siempre en el concepto arquitectónico de la entrada, armonizándose con el conjunto del proyecto. Realiza casas modernas que reflejan el modo de vida de sus propietarios.

Cuando menos es más
Una arquitecta, no una diseñadora. Minimalista. Así es como le gusta definirse, aunque esta definición estricta no le haga justicia. Orsola Zannier busca constantemente la fluidez, el equilibrio entre el interior y el exterior y la incidencia de la luz. “El mío no es un estilo arquitectónico, sino una forma de acercarme al diseño del proyecto”, dice la arquitecta. El color blanco es un elemento recurrente en su obra, al igual que los materiales naturales, como la madera sin tratar y el metal. “No sé cómo usar los colores”, confiesa con franqueza, y añade: “El material debe revelar lo que es”. Madera sin tratar y el metal. Y es precisamente el metal uno de los hilos conductores de sus proyectos, casi todos con puertas y ventanas Finstral de aluminio.

Casas para vivir
La arquitecta Orsola Zannier prefiere casas para vivir que edificios excéntricos. No es casualidad que trabaje principalmente en reestructuraciones para fines residenciales. “No hay nada más respetuoso con el medio ambiente que la renovación de los edificios existentes. Lo antiguo combina perfectamente con lo moderno y con el metal” subraya la arquitecta. Los edificios que reestructura suelen ser antiguos, no en cuanto a materiales y acabados, sino en cuanto a concepto. La tarea del arquitecto es dar la vuelta a esos espacios para hacerlos más cercanos a la forma de vida de las personas que van a vivir.

Puertas abiertas al minimalismo
“La puerta de entrada es el primer contacto con un edificio. Por esta razón la integro en el concepto arquitectónico de la entrada. Se trata de un elemento que debe protegernos del exterior”. Para sus proyectos, Orsola Zannier opta casi siempre por puertas lisas con bisagras ocultas, sencillas y elegantes. Pero para crear un verdadero equilibrio entre el interior y el exterior, es necesario mantener una visión de conjunto: “Todas las aberturas de la fachada deben crear una imagen armoniosa, por eso prefiero el diseño esencial de las puertas Finstral, porque se integra perfectamente con las ventanas”. Este concepto de integración es la clave de cada uno de sus proyectos: “Antes de proyectar un edificio, es esencial observar su contexto para poder interpretarlo y potenciarlo de la mejor manera posible y conseguir que la casa se integre en su entorno”, explica la arquitecta.

Dos villas para dos hermanas: el proyecto residencial CAUCO
Fue precisamente este extraordinario contexto el que impulsó a Orsola Zannier a emprender la construcción de dos casas gemelas en las colinas de Cauco, en el cantón de los Grisones. El entorno, a veces salvaje, hizo que se eligieran dos entradas laterales independientes con un pórtico para protegerse de la lluvia y viento. Además, las puertas están equipadas con un sistema de apertura mediante lector de huellas dactilares y una cerradura motorizada para la máxima comodidad de uso. Otras dos puertas conectan la sala técnica - revestida con madera en el exterior - con las zonas norte y sur. Las ventanas, totalmente de vidrio, realzan la sobriedad de las casas y enmarcan el paisaje alpino. Aunque las dos villas son muy similares, ambas tienen un perfil elemental, tejado a dos aguas y enlucidas en blanco, Zannier ha personalizado los interiores aunque con mínimas diferencias pero con gran efecto. Personalización que llega incluso a las ventanas y puertas.